lunes, 14 de enero de 2013

Día del Maestro: La herencia de educar. Por Julio Alexander Parra Maldonado



El docente tiene una herencia de combate gallardo por las causas justas de este país. Desde tiempos coloniales han destacado docentes, marcando caminos y dejando hitos para la historia local y nacional.
Los maestros de primeras letras han sido especiales, siguen siendo especiales. Son quienes han formado bases sociales y educativas de las comunidades, de los dirigentes sociales de la gran Venezuela, aunque no todos los liderazgos formados hayan sido tan decorosos (mea culpa).
En los tiempos contemporáneos el ejercicio docente aumentó con creces, logro de la democracia que desde la década de los sesenta masificó las escuelas y el número de maestros por todo el país. Tarea inconclusa hoy día. La sociedad venezolana ha cambiado su dinámica en un mundo tecnológico y globalizado. La educación cambió, la actuación del maestro ha debido cambiar también, sin dejar a un lado su principal función de la formar carácter, espíritu y cuerpo para el encuentro en sociedad, por el bien de todos.
Como maestro, hoy debo ser crítico de la dirigencia política, que ha dejado a un lado la atención a este trabajador, proveniente mayoritariamente de familias humildes que con esfuerzo han hechos de sus hijos e hijas maestros: profesionales universitarios que no reciben un trato laboral justo en la administración pública, donde es el profesional con salarios mas bajos, y ni que decir en la iniciativa privada donde los mejores trabajos apenas alcanzan al servicio educativo público. Es la realidad.
Reflexionemos: ¿Damos la importancia que merece al maestro de los hijos de la patria? ¿Existen condiciones sociales para que educadores desarrollen  su mejor esfuerzo laboral? ¿Destinamos recursos necesarios, justos y bien aprovechados al sector educativo? ¿Nos preocupa que los niños de sectores populares, rurales o de cualquier localidad reciban la mejor educación? ¿Será que estamos aceptando que escuelas y liceos se conviertan en grandes guarderías? ¿Tomamos en cuenta la opinión de maestros y maestras para definir presupuestos, planes y políticas públicas? Entonces actuemos.
El 15 de enero de 1932 un grupo de maestros marcó el rumbo: organización y lucha por los grandes problemas nacionales desde la educación. Entonces actuemos.
No puedo cerrar sin recordar la lucha de docentes merideños que hoy exigen frontalmente su reivindicación laboral dando su clase de dignidad y valores de lucha, en todo momento, en todos los espacios.
Feliz día colegas, feliz día maestros y maestras. Hagamos crecer la herencia de nuestros antecesores y marquemos los nuevos caminos a quienes vengan luego a educar.

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